Selectividad más apta para hiperactivos (LA VANGUARDIA)
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Selectividad más apta para hiperactivos (LA VANGUARDIA)
[
b]Noticia de LA VANGUARDIA del DIMARTS 13 DE MAIG DEL 2008[/b]
Atención a los alumnos con necesidades educativas específicas
Selectividad más apta para hiperactivos
Las PAU de este año ofrecerán condiciones especiales a 18 alumnos disléxicos y 2 con TDAH, aunque las mejoras de este año aún están lejos de lo que piden las familias de afectados | Los estudiantes tienen más tiempo para las pruebas, pero no de aula reducida | El trastorno no se tendrá en cuenta a la hora de corregir los exámenes de las PAU
Los alumnos con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) y los disléxicos que se presenten a los exámenes de de este año van a tener menos dificultades que en cursos anteriores. Al Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC) le consta que para el mes de junio 18 alumnos disléxicos y 2 con TDAH han solicitado que se tenga en cuenta su especificidad a la hora de realizar las pruebas.
Lo que aún no se ha conseguido
Entorno adecuado. Aunque se situa a los alumnos en las primeras filas y los tutores encargados de vigilar los exámenes saben de qué alumnos se trata, las pruebas aún se hacen en aulas demasiado pobladas, cuando estos estudiantes rendirían más en clases más reducidas.
Distribución diferente de las pruebas.Los expertos recomiendan que los alumnos con TDAH puedan combinar las pruebas en función de su dificultad, es decir no hacer el mismo día lenguas y matemáticas. De momento, tienen que seguir el orden establecido: el primer día se concentran todas las de las areas lingüísticas.
Modificación del estilo de evaluación. Desde la Fundació Adana se pide que no tengan que hacer un sobresfuerzo narrativo en las respuestas de los exámenes, por eso piden preguntas abiertas y otras de opción múltiple.
Evaluación. Este es el aspecto más importante de las demandas: las familias afectadas reclaman que la evaluación la realicen personas conocedoras del trastorno y sus repercursiones lingüísticas y dificultades para ordenar ideas.
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MÁS INFORMACIÓN
• Edición Impresa: ¿Cómo conseguir que un niño con TDAH llegue a la universidad?
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Xavier de las Heras, secretario del CIC, explica que se ha pactado con la secretaría de las PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad) una serie de aspectos para que este alumnado tenga mejores condiciones a la hora de realizar los exámenes. Las mejoras están más orientadas a los alumnos con TDAH que no a los disléxicos, porque se refieren más a las condiciones en las que realizan los exámenes que al contenido de las pruebas.
Más horas para hacer los exámenes, mejor situación en las aulas para evitar distracciones y control específico por parte de los tutores encargados del aula en la que realicen los exámenes son aspectos que se aplicarán este año. Las medidas aún están lejos de lo que piden los afectados y los expertos en esta cuestión, pero ya son un avance respecto al vacío que existía hasta ahora.
Los alumnos que padecen TDAH tienen una capacidad de atención mermada y pocas habilidades de narración escrita. Son alumnos que suelen responder de forma impulsiva, se distraen con facilidad, tienen un discurso desordenado y dificultades para organizar bien su tiempo, ocupándose poco de los aspectos relevantes y demasiado de los detalles más insignificantes.
El TDAH no interfiere en el conocimiento, pero los afectados tienen dificultades para explicar bien lo que saben. Ni tampoco es que sean menos inteligentes; pero cometen errores al aplicar lo que saben. Los expertos explican que se trata de un trastorno de rendimiento, no de aprendizaje, y que una de las características de las personas afectadas es que tienen una reducida memoria de trabajo, ya que presentan verdaderas dificultades para trabajar con lo que conocen, o se olvidan de lo que saben.
El avance en los métodos de diagnóstico de estos trastornos y la tenacidad de afectados y asociaciones que les defienden, propicia que cada vez sean más los estudiantes que aspiran a llegar a la universidad.
Hace un tiempo, la Fundación Adana, experta en TDAH, remitió al Departament d´Educació un documento en el que se detallan las dificultades a las que se enfrentan estos alumnos y sus déficits, para, y como objetivo final, proponer una selectividad adaptada a las condiciones y necesidades de estos estudiantes.
La primera y básica es que el trastorno se tenga en cuenta a la hora de corregir los exámenes.
Desde el CIC se insiste en que eso no puede ser. "Los tribunales especiales son para el alumnado que presenta un 33% o más de minusvalía". No es el caso. "Yo no soy una minusválida", explica Alba, una universitaria que el pasado año, después de mucho luchar con los tribunales, superó las PAU. "Tengo unas dificultades que se agudizan si las condiciones para hacer el trabajo no son las óptimas, pero no tengo un problema de memoria o de conocimiento. Por eso me negué a que me separaran del grupo, yo quería estar con mis compañeros, sólo pedía estar en un aula más reducida, pero no pudo ser. Sí se me ubicó en primera fila para evitar distracciones".
Que los alumnos cuenten con más tiempo para hacer las pruebas es un avance, pero no suficiente, dicen los expertos. Porque además de disponer de un espacio que evite los estímulos de distracción del alumnado, y de que tengan más tiempo, con pequeños descansos, para el alumnado con déficit de atención se reclama otro estilo de evaluación.
En este apartado se considera del todo necesario que se incluyan preguntas abiertas con opciones múltiples de respuesta, lo que evitaría que el estudiante tuviera que hacer un sobreesfuerzo narrativo, algo que, de momento, no se ha conseguido.
Pero lo más importante, según se insiste en el documento de Adana, sería que la corrección de los ejercicios la realizara personal conocedor del trastorno, de las repercusiones lingüísticas que éste tiene y de las peculiaridades propias de estos alumnos. Eso permitiría que los correctores pudieran distinguir si están ante un estudiante con TDAH que no dispone de los conocimientos adecuados, o bien ante otro que tiene dificultades para demostrar lo que sabe.
El Consell Interuniversitari de Catalunya, de acuerdo con la secretaría de las PAU, no se plantea, de momento, ni cambiar el modelo de evaluación ni tampoco el sistema de corrección.
Las personas encargadas de corregir los exámenes no conocen la indentidad de los alumnos, puesto que las etiquetas que encabezan cada prueba de las PAU llevan un código de barras que identifica al alumno. "Es muy complejo establecer otro tipo de corrección", argumenta De las Heras.
"Un grueso importante de estudiantes con TDAH no tiene posibilidades de acceder a estudios universitarios porque fracasan en la selectividad, y eso es un impedimento funcional, además de un factor de exclusión de esos alumnos", explican desde la fundación Adana.
Disfam (Asociación de Dislexia y Familia) y la Federación Española de Dislexia, entre otras, insisten en la necesidad de que se reconozcan y se tengan en cuenta las dificultades de los alumnos disléxicos, sobre todo en lo que se refiere a las áreas del lenguaje y que, por ejemplo, no se tengan en cuenta o se penalicen menos las faltas de ortografía en casos diagnosticados de dislexia. Esta petición, de momento, no ha sido atendida.
Familiares de algunos de los afectados, como la madre de Alba, aseguran que hay que seguir "peleando y no tirar nunca la toalla. El esfuerzo da resultados".
TESTIMONIO DE UNA ALUMNA CON TDAH
"Cuatro días antes de las pruebas, un profesor me dijo que suspendería"
Faltaban cuatro días para los exámenes de selectividad y uno de mis profesores me dijo que no aprobaría. Me pasé el día entero llorando. Llevaba tres años luchando y me sentí muy mal. Se podía haber callado". Eso fue hace un año. Hoy alba tiene 20 años y está cursando primero de Psicología en Blanquerna-Ramon Llull. Hace mucho que decidió que quería ser psicóloga, ha peleado para llegar a la universidad y seguirá adelante para "ayudar a personas como yo, para que los niños que sufren mi problema no pasen por la misma angustia".
A Alba le diagnosticaron TDAH algo tarde, a los 14 años. "Desde hacía tiempo veíamos que algo le pasaba; todo el esfuerzo que hacía en los estudios no le rendía. Era impulsiva, nerviosa, dormía mucho, se despistaba con facilidad. Ella también notaba que le pasaba alguna cosa pero no sabíamos qué", explica Ana, madre de Alba. En 5 º de ESO un profesor les sugirió hacerse unas pruebas. Y ahí empezó todo. Dos años de reeducación en un centro especializado, y luego en Adana. "Siempre le hemos estado muy encima. Si la hubiéramos dejado no habría llegado donde está. Es muy tenaz y luchadora", cuenta Ana.
Alba siempre ha estudiado en centros concertados y su madre ha sido más que una sombra. Sólo ha repetido 1 º de bachillerato. En todos los colegios ha encontrado comprensión e incomprensión. "A muchos profesores les resultaba más cómodo mirar para otro lado. Me he encontrado con personas que me han ayudado mucho y con gente que me ha machacado".
Llegó la selectividad y pidió que se tuviera en cuenta su especificidad. Le dieron más tiempo, los tutores que vigilaban las pruebas "estuvieron pendientes y me sentí muy acompañada", rememora. El problema llegó a la hora de la corrección. "Aunque insistimos mucho, no tuvieron en cuenta mi trastorno". Le faltaron dos décimas para superar las PAU y tras mucho papeleo, insistencia y recursos, logró el aprobado. Hoy está "feliz" en la universidad, le va muy bien y tiene la autoestima por las nubes. "El esfuerzo ha merecido la pena", dicen Alba y Ana.
PODEU CONSULTAR LA NOTICIA A:
http://www.lavanguardia.es/premium/publica/publica?COMPID=53462730158&ID_PAGINA=22088&ID_FORMATO=9&turbourl=false
Atención a los alumnos con necesidades educativas específicas
Selectividad más apta para hiperactivos
Las PAU de este año ofrecerán condiciones especiales a 18 alumnos disléxicos y 2 con TDAH, aunque las mejoras de este año aún están lejos de lo que piden las familias de afectados | Los estudiantes tienen más tiempo para las pruebas, pero no de aula reducida | El trastorno no se tendrá en cuenta a la hora de corregir los exámenes de las PAU
Los alumnos con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) y los disléxicos que se presenten a los exámenes de de este año van a tener menos dificultades que en cursos anteriores. Al Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC) le consta que para el mes de junio 18 alumnos disléxicos y 2 con TDAH han solicitado que se tenga en cuenta su especificidad a la hora de realizar las pruebas.
Lo que aún no se ha conseguido
Entorno adecuado. Aunque se situa a los alumnos en las primeras filas y los tutores encargados de vigilar los exámenes saben de qué alumnos se trata, las pruebas aún se hacen en aulas demasiado pobladas, cuando estos estudiantes rendirían más en clases más reducidas.
Distribución diferente de las pruebas.Los expertos recomiendan que los alumnos con TDAH puedan combinar las pruebas en función de su dificultad, es decir no hacer el mismo día lenguas y matemáticas. De momento, tienen que seguir el orden establecido: el primer día se concentran todas las de las areas lingüísticas.
Modificación del estilo de evaluación. Desde la Fundació Adana se pide que no tengan que hacer un sobresfuerzo narrativo en las respuestas de los exámenes, por eso piden preguntas abiertas y otras de opción múltiple.
Evaluación. Este es el aspecto más importante de las demandas: las familias afectadas reclaman que la evaluación la realicen personas conocedoras del trastorno y sus repercursiones lingüísticas y dificultades para ordenar ideas.
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Xavier de las Heras, secretario del CIC, explica que se ha pactado con la secretaría de las PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad) una serie de aspectos para que este alumnado tenga mejores condiciones a la hora de realizar los exámenes. Las mejoras están más orientadas a los alumnos con TDAH que no a los disléxicos, porque se refieren más a las condiciones en las que realizan los exámenes que al contenido de las pruebas.
Más horas para hacer los exámenes, mejor situación en las aulas para evitar distracciones y control específico por parte de los tutores encargados del aula en la que realicen los exámenes son aspectos que se aplicarán este año. Las medidas aún están lejos de lo que piden los afectados y los expertos en esta cuestión, pero ya son un avance respecto al vacío que existía hasta ahora.
Los alumnos que padecen TDAH tienen una capacidad de atención mermada y pocas habilidades de narración escrita. Son alumnos que suelen responder de forma impulsiva, se distraen con facilidad, tienen un discurso desordenado y dificultades para organizar bien su tiempo, ocupándose poco de los aspectos relevantes y demasiado de los detalles más insignificantes.
El TDAH no interfiere en el conocimiento, pero los afectados tienen dificultades para explicar bien lo que saben. Ni tampoco es que sean menos inteligentes; pero cometen errores al aplicar lo que saben. Los expertos explican que se trata de un trastorno de rendimiento, no de aprendizaje, y que una de las características de las personas afectadas es que tienen una reducida memoria de trabajo, ya que presentan verdaderas dificultades para trabajar con lo que conocen, o se olvidan de lo que saben.
El avance en los métodos de diagnóstico de estos trastornos y la tenacidad de afectados y asociaciones que les defienden, propicia que cada vez sean más los estudiantes que aspiran a llegar a la universidad.
Hace un tiempo, la Fundación Adana, experta en TDAH, remitió al Departament d´Educació un documento en el que se detallan las dificultades a las que se enfrentan estos alumnos y sus déficits, para, y como objetivo final, proponer una selectividad adaptada a las condiciones y necesidades de estos estudiantes.
La primera y básica es que el trastorno se tenga en cuenta a la hora de corregir los exámenes.
Desde el CIC se insiste en que eso no puede ser. "Los tribunales especiales son para el alumnado que presenta un 33% o más de minusvalía". No es el caso. "Yo no soy una minusválida", explica Alba, una universitaria que el pasado año, después de mucho luchar con los tribunales, superó las PAU. "Tengo unas dificultades que se agudizan si las condiciones para hacer el trabajo no son las óptimas, pero no tengo un problema de memoria o de conocimiento. Por eso me negué a que me separaran del grupo, yo quería estar con mis compañeros, sólo pedía estar en un aula más reducida, pero no pudo ser. Sí se me ubicó en primera fila para evitar distracciones".
Que los alumnos cuenten con más tiempo para hacer las pruebas es un avance, pero no suficiente, dicen los expertos. Porque además de disponer de un espacio que evite los estímulos de distracción del alumnado, y de que tengan más tiempo, con pequeños descansos, para el alumnado con déficit de atención se reclama otro estilo de evaluación.
En este apartado se considera del todo necesario que se incluyan preguntas abiertas con opciones múltiples de respuesta, lo que evitaría que el estudiante tuviera que hacer un sobreesfuerzo narrativo, algo que, de momento, no se ha conseguido.
Pero lo más importante, según se insiste en el documento de Adana, sería que la corrección de los ejercicios la realizara personal conocedor del trastorno, de las repercusiones lingüísticas que éste tiene y de las peculiaridades propias de estos alumnos. Eso permitiría que los correctores pudieran distinguir si están ante un estudiante con TDAH que no dispone de los conocimientos adecuados, o bien ante otro que tiene dificultades para demostrar lo que sabe.
El Consell Interuniversitari de Catalunya, de acuerdo con la secretaría de las PAU, no se plantea, de momento, ni cambiar el modelo de evaluación ni tampoco el sistema de corrección.
Las personas encargadas de corregir los exámenes no conocen la indentidad de los alumnos, puesto que las etiquetas que encabezan cada prueba de las PAU llevan un código de barras que identifica al alumno. "Es muy complejo establecer otro tipo de corrección", argumenta De las Heras.
"Un grueso importante de estudiantes con TDAH no tiene posibilidades de acceder a estudios universitarios porque fracasan en la selectividad, y eso es un impedimento funcional, además de un factor de exclusión de esos alumnos", explican desde la fundación Adana.
Disfam (Asociación de Dislexia y Familia) y la Federación Española de Dislexia, entre otras, insisten en la necesidad de que se reconozcan y se tengan en cuenta las dificultades de los alumnos disléxicos, sobre todo en lo que se refiere a las áreas del lenguaje y que, por ejemplo, no se tengan en cuenta o se penalicen menos las faltas de ortografía en casos diagnosticados de dislexia. Esta petición, de momento, no ha sido atendida.
Familiares de algunos de los afectados, como la madre de Alba, aseguran que hay que seguir "peleando y no tirar nunca la toalla. El esfuerzo da resultados".
TESTIMONIO DE UNA ALUMNA CON TDAH
"Cuatro días antes de las pruebas, un profesor me dijo que suspendería"
Faltaban cuatro días para los exámenes de selectividad y uno de mis profesores me dijo que no aprobaría. Me pasé el día entero llorando. Llevaba tres años luchando y me sentí muy mal. Se podía haber callado". Eso fue hace un año. Hoy alba tiene 20 años y está cursando primero de Psicología en Blanquerna-Ramon Llull. Hace mucho que decidió que quería ser psicóloga, ha peleado para llegar a la universidad y seguirá adelante para "ayudar a personas como yo, para que los niños que sufren mi problema no pasen por la misma angustia".
A Alba le diagnosticaron TDAH algo tarde, a los 14 años. "Desde hacía tiempo veíamos que algo le pasaba; todo el esfuerzo que hacía en los estudios no le rendía. Era impulsiva, nerviosa, dormía mucho, se despistaba con facilidad. Ella también notaba que le pasaba alguna cosa pero no sabíamos qué", explica Ana, madre de Alba. En 5 º de ESO un profesor les sugirió hacerse unas pruebas. Y ahí empezó todo. Dos años de reeducación en un centro especializado, y luego en Adana. "Siempre le hemos estado muy encima. Si la hubiéramos dejado no habría llegado donde está. Es muy tenaz y luchadora", cuenta Ana.
Alba siempre ha estudiado en centros concertados y su madre ha sido más que una sombra. Sólo ha repetido 1 º de bachillerato. En todos los colegios ha encontrado comprensión e incomprensión. "A muchos profesores les resultaba más cómodo mirar para otro lado. Me he encontrado con personas que me han ayudado mucho y con gente que me ha machacado".
Llegó la selectividad y pidió que se tuviera en cuenta su especificidad. Le dieron más tiempo, los tutores que vigilaban las pruebas "estuvieron pendientes y me sentí muy acompañada", rememora. El problema llegó a la hora de la corrección. "Aunque insistimos mucho, no tuvieron en cuenta mi trastorno". Le faltaron dos décimas para superar las PAU y tras mucho papeleo, insistencia y recursos, logró el aprobado. Hoy está "feliz" en la universidad, le va muy bien y tiene la autoestima por las nubes. "El esfuerzo ha merecido la pena", dicen Alba y Ana.
PODEU CONSULTAR LA NOTICIA A:
http://www.lavanguardia.es/premium/publica/publica?COMPID=53462730158&ID_PAGINA=22088&ID_FORMATO=9&turbourl=false
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